Ir al contenido principal

"LOS CUATRO SEÑOROS DEL APOCALIPSIS: JECKYLL & MR. HYDE"

 

Este título promete, ¿verdad? Hemos dado aquí con el tercer señoro de la serie, que se acerca a su fin. Imagino que por lo que habéis leído hasta ahora, podréis intuir por dónde irán las cosas con este personaje, pero creedme si os digo que ha sido el más complicado de todos por lo cerca que me toca esta historia. Todas han sido experiencias propias que me abrieron los ojos a un mundo en el que no me había movido hasta ese momento y esta se convirtió en la más dura que he tenido nunca.

Vayamos atrás en el tiempo y comencemos por el principio. A pesar de que hasta el momento todas las interacciones que había tenido en redes sociales habían acabado en auténticos desastres por las razones que ya sabéis, no me gusta juzgar a todo el mundo por las acciones de unos pocos. Las generalizaciones son peligrosas y lo único que consiguen es hacerte recelar de todo el mundo en todo momento, cosa igualmente injusta para ti y para los demás. En lugar de cerrarlo todo y mandar a la humanidad bien lejos, decidí seguir probando suerte, a ver si las conversaciones, aunque cortas, pudieran ser satisfactorias para las dos partes. Pero qué ingenua…

Mr. Hyde apareció tranquilamente en mi vida, casi como si pasara casualmente por ahí y yo, sin darme cuenta de en dónde me metía, le dejé entrar. Comenzó igual que los otros dos, las charlas eran sencillas, amenas e incluso divertidas. Compartíamos algunas aficiones y fueron los puntos en los que nos apoyamos para continuar hablando. A partir de ellos, empezamos a construir una amistad que podría definirse como sólida, o eso lo que parecía en un principio. Llevábamos hablando ya más de medio año cuando empezó a torcerse todo, así que esos cimientos, en lugar de cemento, sería más correcto decir que se habían hecho de cartón-piedra. Yo le había tomado cariño a este chico y lo consideraba un amigo. Soy muy empática y conecto enseguida con la gente. Quizás eso es lo que las personas notan y de lo que se intentan aprovechar, pero, ¿qué pasó de repente? Muy sencillo, apareció Jeckyll,

Ahora lanzo una pregunta al aire, ¿es posible que entre un hombre y una mujer haya solo amistad, sin miras a nada más? Tengo claro que la respuesta es sí, pero Jeckyll se negaba a que esto fuera así y Mr. Hyde no tenía la fuerza o la voluntad necesarias para hacer entrar en razón a esa otra mitad. Puede que ni siquiera quisiera verse mezclado en todo el asunto. Esa pasividad era enervante, era una situación inútil que no avanzaba a ningún sitio y que tampoco me dejaba retroceder, estaba en el centro de un nudo gordiano que me apretaba cada vez más y no podía salir.

Todo comenzó con la inocente pregunta de si me gustaría tener una cita con él. Decir que esto me descolocó se queda corto. Habíamos comentado coincidir alguna vez puesto que a pesar de compartir país, vivíamos en sitios muy alejados, pero nunca con las implicaciones que esa palabra tiene. Le dije que tendría que pensármelo y tras hablar un poco más, dejamos la conversación en buenos términos y nos despedimos hasta la siguiente ocasión. Esta tuvo lugar al día siguiente, en la que de buenas a primeras y sin recibir respuesta afirmativa a su anterior insinuación, empieza a mencionar ciertas partes de mi anatomía y lo que le gustaría hacer con ellas. Si en ese momento me pinchan, no habrían sacado ni una gota de sangre de mí. Supuse que estaba tanteando el terreno, así que, tontamente, le seguí el juego por un tiempo, pensando que solo era un juego, que simplemente intentaba impresionar de esa manera que algunas personas buscan en quien creen que son potenciales parejas. Ojalá pudiera borrar de mi memoria todo lo que oí de él. Jeckyll era tremendamente bruto, nada que ver con el tímido Mr. Hyde y un día que por fin pude hablar con este último, le dije que parara, que no me sentía cómoda con lo que pasaba ni con la forma en la que todo se estaba desarrollando.

Entonces pasó algo para lo que no estaba preparada en absoluto. Tomó todos mis sentimientos y los puso en mi contra. Me hizo sentir culpable por tenerle simpatía y, sobre todo, por negarme a hacer algo que, con todas mis fuerzas, no deseaba. Este golpe de través me dejó más tocada de lo que en un principio se pudiera pensar. No sabía qué hacer, Mr. Hyde resultó no ser distinto de Jeckyll y era algo que nunca hubiera adivinado. No eran uno y otro, coexistían de tal manera que era imposible saber dónde acababa el primero y empezaba el segundo. Tras meditarlo un tiempo, le di la opción de continuar hablando, pero dejando ciertos temas de lado puesto que no quería volver a tratarlos con él. Pareció entender lo que le dije, se disculpó y volvimos a la casilla de salida. Bueno, al menos yo sí lo hice. Lo intenté, de verdad que lo intenté, pero siempre acababa volviendo a abrir la puerta que ya había cerrado con siete llaves. No una, ni dos, ni tres veces…siempre que hablábamos soltaba perlas que esperaba que yo recogiese.

Le expliqué una y otra vez porqué no quería ir por dónde él apuntaba, le dije lo incómoda que me hacía sentir y que, si eso era lo único que buscaba, se podía dar la vuelta y probar en otro sitio, porque en este no iba a conseguir lo que se proponía. En esos momentos, el lobo agachaba las orejas y se convertía de nuevo en corderito, pero la transformación duraba muy poco. Mis palabras le entraban por un oído, pasaban silenciosamente por su cerebro y le salían por el otro y yo me cansé de repetir siempre la misma escena y de dar los mismos motivos.

Por última vez, le di todas las razones por las que quería dejar el tema de lado, pero en esa ocasión, decidió plantarme cara y seguir presionándome. El maldito nudo estaba a punto de cortarme la respiración, tenía que salir de ahí fuera como fuera, pero, ¿cómo? Jeckyll y Mr. Hyde cerraban cada vez más sus manos sobre mí, estoy convencida de que se imaginaban ya claros vencedores y no podían esperar a reclamar su premio. No tenía nada para defenderme más que a mí misma, así que convertí toda mi frustración en fuego y mis palabras en dardos. El primero quemó a al monstruo, las segundas lo aturdieron. Tenía que aprovechar el tiempo que esta distracción me había regalado, todavía tenía que soltarme de las cuerdas. Me volví espada y con todas las fuerzas que puede reunir las corté aquellas ligaduras. Sonó un satisfactorio chasquido cuando la pesada maroma cayó por fin al suelo. La amalgama de esos dos seres seguía sin comprender cuándo se había ido todo por mal camino, las personalidades cambiaban y se juntaban en un esperpéntico espectáculo que no me quedé a contemplar.

Libre por fin, di media vuelta y corrí hacia la libertad que tanto había echado de menos. Jamás miré atrás, ni siquiera cuando los ruegos y promesas de mejora pasaron a convertirse en cantos de sirena. A día de hoy, puedo decir que me siento orgullosa de no haber caído en la red; luché por defenderme a mí misma a pesar de toda la presión que sentí y es que la palabra “no” solo tiene un significado. No sé qué fue de Mr. Hyde, y sinceramente tampoco me interesa. Solo espero que la próxima persona se de cuenta de la dualidad de este personaje antes de que Jeckyll quede de nuevo libre y Mr. Hyde se siente cómodamente a ver la lucha de circo entre el nuevo objetivo y la bestia.



Artista: Jimbo*
*Podéis visitar su perfil pinchando en su nombre



Comentarios

Entradas populares de este blog

"LOS CUATRO SEÑOROS DEL APOCALIPSIS: EL ILUSTRADO"

Tenía muchas ganas de hacer esta serie. Diría que incluso ha sido una experiencia liberadora. Los patrones de conducta que se van a explicar en esta pequeña colección, que además he tenido la gran oportunidad de observar de primera mano, siguen siempre unos mismos puntos comunes. Espero que verlos explicados aquí ayude a reconocerlos y, por tanto, a saber actuar en consecuencia con las personas que los demuestran. Antes de pasar al asunto en cuestión, me gustaría dar las gracias a Sol de Carranza  (os animo a echarle un vistazo a su perfil) por aceptar ayudarme en este proyecto. Por mi parte no puedo estar más contenta con el resultado, porque ha captado estupendamente la expresión que ponía cada vez que me encontraba con este personaje. EL ILUSTRADO La globalización tiene muchas ventajas. No solo en los niveles económicos, sino también en todo lo concerniente a las relaciones interpersonales. Gracias a Internet puedes establecer contacto con todos los puntos del globo, y po...

"SERPIENTES BLANCAS"

  ¡Buenos días! Tras un tiempo alejada del blog por motivos académicos, ya era hora de regresar. Para esta ocasión, el reto elegido es uno relacionado con uno de mis temas favoritos, la mitología. La premisa principal era crear una pequeña historia que tuviera lugar en un espacio parecido al de un campamento, una historia de fogata pero submarina. Dio la casualidad de que me encontraba trabajando con un bestiario medieval y en él estaban las protagonistas. ¿Quiénes son? ¿Por qué las elegí? Bueno, ya lo veréis…   Esta es una historia que mi abuela solía contarme cuando tenía ocho o nueve años, como vosotros ahora. Era mi cuento favorito. Pero todo cambió cuando descubrí que era mucho más que el relato fantasioso de una anciana. Todo comenzó un precioso y soleado día de verano. El sol brillaba en el cielo, limpio y claro. El mar relucía como un espejo bajo él. Las gaviotas volaban de acá para allá buscando peces que llevar a sus nidos. Los niños salían de sus casas para jugar, l...

"(DE)SASTRES"

  Vuelvo aquí tras un tiempo alejada por motivos de estudios. He pensado mucho sobre si debería escribir sobre esto, dudaba porque no sabía que enfoque darle para que no quedara como una lamentación patética. Tras muchas vueltas, la musa Ironía apareció y me dio la solución. Con su ayuda, nació este texto, que, como todos los demás, parte de una experiencia personal. Lamentablemente, no será la última vez que sea blanco de esta manida frase, estoy preparada para ello, total, son solo palabras y estas no me definen. Tampoco a ti, si estás o has estado alguna vez en una situación parecida. ¡Buena lectura! Mido cuidadosamente antes de cortar, tengo el espacio justo entre pieza y pieza. No puedo cometer ningún error, me tomo muy en serio mi trabajo, la profesionalidad ante todo. Una vez que tengo la tela preparada, uso la aguja, enhebrada con un fino hilo, para coser la prenda en la que llevo tiempo trabajando, porque, ¿para qué otra cosa sirve una persona soltera si no es para vestir ...