Las líneas más fáciles y a la vez más complicadas de escribir son
aquellas que más profundamente sentimos. Estas son el ejemplo de ello. No soy
persona que se esconda. Prefiero decir las cosas de frente y a la cara, pero a
lo largo del tiempo, me he encontrado con que no todo el mundo elige la
honestidad a la hora de tratar con los demás en cualquiera de los ámbitos de la
vida social. No opinan tras conocerte, prejuzgan y trasladan sus prototipos a
ti, decidiendo que vale más una máscara de cartón que un rostro cubierto
únicamente con piel y por tanto no solo humano, sino real.
En esta ocasión, cuento con la colaboración especial de Vi, un artista que ilustra este pequeño artículo con una fotografía que se encuentra al final del mismo, así como la dirección de su perfil de Instagram.
Arrastrando van las cadenas que dificultan el
caminar y hacen sonoro el paso. La tela que me cubre pesa tanto como las
miradas y los comentarios de quienes me rodean, analizando, sin perder detalle,
cada centímetro de mí. Avanzando a trompicones, sigo siempre hacia delante
hasta alcanzar mi meta. Allí al pie del cadalso me espera mi final. ¿O no?
Yo no cree ninguno de aquellos eslabones, ni tejí
fibra a fibra ese vestido. Todo esto me lo habéis dado vosotros. Colgándome
etiquetas como si fuera, más que persona, adorno, percha sobre la que dejar, de
cualquier manera, opiniones inválidas, traiciones de jueces dictadores que dan
su veredicto sin conocer el caso. Porque lo que habéis conocido de mí no es ni
el uno de mi cien por ciento. Esto no va por ti, por los que te precedieron o
los que llegarán después. No se crea el guijarro montaña ni la gota ola de mar.
Habéis sido solo ínfimas partículas que han contribuido a un todo. Un todo del
que ya estoy cansada. Una cosa tengo clara, y es que mi océano no cabe en tu vaso de
plástico. Lejos queden los versos de Garcilaso “mi alma
os ha cortado a su medida”. No soy pieza de puzzle que busque encajar en ningún
alma, ni recorte ni silueta y mi medida es la que yo me otorgo. Las únicas
expectativas que estoy dispuesta a cumplir son las mías. Caminaré a mi propio
ritmo y bailaré al único son de mi propia voz. Puedo tropezar con una piedra,
pero a la siguiente ocasión, levantaré más el pie para saltar y pasar por alto
el obstáculo sin mirar atrás.
Así, una vez llegue a mi destino, arrancaré de mi
cuerpo el bordado sambenito que con esfuerzo titánico he estado llevando hasta
ahora y en un acto de fe en mi misma, lo arrojaré con todas mis fuerzas al
fuego en el que debería estar quemándome yo. Volverán las cadenas a forjarse, las
fibras a cruzarse formando el patrón que ya conozco. Y allí estaré, dispuesta a
hacer lo mismo; verlo arder con el máximo de los placeres, infinitamente más
satisfactorio que el de tu compañía, querido nadie. La única pena que me queda
es no poder decirte esto de frente, mientras te miro a los ojos y descubro a tu
Rumpelstiltskin interior. Esto no lo digo solo por mí, sino también por ti, si
es que a alguien le interesan estas líneas. Solo una última cosa. En algo
tienen razón. No eres suficiente. Repítete esto una y otra vez, porque es
verdad. No eres suficiente: eres tú y no hay parámetros suficientes para
cuantificarte.
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"Verdad" Vi, 2020. Fotografía digital editada. 15x15 cm El autor se autorretrata a modo de alegoría de la verdad, por lo que se presenta desnudo sin pudor ya que la verdad no se esconde, y se acompaña de su atributo el espejo, y en la parte superior se encuentra la máscara que simboliza el engaño que se ha desvelado. Aunque los demás nos pidan llevar un disfraz que no es nuestro yo real, al final la verdad siempre acaba descubriéndose. Este es el perfil del artista en Instagram. |
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