Dos lados. Siempre hay dos lados. El Bien y el Mal. Arriba y Abajo. Izquierda y Derecha. Blanco y Negro. Rosa y Azul. Hemos crecido pensando en esa división, que creemos firmemente delimitada por grandes muros, rígidos, inamovibles, impenetrables. ¿Seguro? No, por supuesto que no, y aquí estamos, dispuestas a romper esas estúpidas barreras equipadas con la mejor arma que tenemos: nosotras mismas. Las mujeres somos más que adornos, cosas bonitas que caminan de puntillas mecidas por las, en ocasiones, imposibles alturas de nuestros tacones, que aviso desde ya, usamos si únicamente nosotras queremos. Somos más que sonrisas, cabellos sedosos y formas redondeadas. Porque además de mujeres somos personas, con sentimientos, opiniones y voz. Voz propia para decir lo que queramos y cuando queramos, con esa autoridad que nos da el simple hecho de ser humanas. Si de ese sonido, alguien se molesta, no es porque no tenga sentido lo que decimos o no interese, es que hay muchos seres que solo...
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